Sí, esa
es la cuestión, ¿por qué debemos ser buenos?
Pensar
ser bueno es fácil, pero lo difícil es hacer todo con buena voluntad.
La
verdad es que por mucho que nos encabezonemos y que pensemos que es imposible
ser bueno es mentira, todo el mundo podría ayudar e intentar hacer el bien.
La
verdad es que no cuesta nada estar en una larga calle y abrir el envoltorio del
chicle, pero lo que a mucha gente le costará es no tirar el papel si no tienen
una papelera cerca, pues es sencillo, solo tienes que guardarte el envoltorio,
porque quizás, no pasarán ni tres minutos y ya habrás visto una papelera y
siendo sinceros, no te cuesta nada hacerlo.
Tampoco
cuesta nada ver a una persona anciana que entra en algún lugar (autobús, metro,
tren) y cederle tu asiento, porque al fin y al cabo ella lo necesitará quizás
más que tú, o por lo menos su cuerpo así se lo pide.
Ahora
pasamos a recoger la habitación, otro gran dilema para todos aquellos adolescentes,
aunque más de uno lo niegue. Sí, es así, no cuesta nada ordenar las cosas en su
sitio sin que tu madre o padre te insista hasta que te amenaza, es más,
seguramente tus padres harán más de una cosa por ti sin que tú ni tan siquiera
se lo digas.
Esto es
tan realista como fácil de entender, por hacer el bien no pierdes nada, es más,
tienes mucho que ganar, tienes por ganar el respeto y la felicidad de otras
personas gracias a tu buena conducta.
En
resumen, si tienes una buena conducta y buena forma de ser, que no cuesta nada,
fomentarás el ``buen rollito´´ en tu círculo de personas.