Aquí viene la gran pregunta, ¿existe solamente el cuerpo (monismo)
o hay algo más allá de lo físico (dualismo)? Para ello existen varios tipos de
respuestas.
Por un lado, hay personas que defienden la existencia del
alma o de la mente, distinguiéndolos del cuerpo material o físico (dualismo),
pero, ¿qué es el alma? El alma es la parte psicológica del ser humano, es
decir, las emociones, la voluntad, el intelecto. El alma distingue al ser
humano de los demás seres existentes sobre la tierra. Además, el alma destaca a
cada ser humano como un ser único y diferente en su género. También hay
personas que en vez de defender al alma defienden a la mente. Se basan en que nuestro
cuerpo y nuestra mente son sustancias distintas y, por lo tanto, aunque el
cuerpo se desintegre después de la muerte, la psique permanece intacta. Defendiendo
así que la mente no se va con el cuerpo, sino que se separa de él y viaja a una
vida distinta. Importantísimos filósofos defendieron la teoría de cuerpo-alma.
Platón fue uno de ellos y dio su explicación mediante el mito del carro alado,
siendo el alma lo inmortal y el cuerpo una copia mortal e imperfecta del alma.
Aristóteles a su vez defendió que el
alma es el principio vital y el cuerpo es quien se encarga de las facultades
nutritivas, sensitivas y racionales, siendo el cuerpo mortal. Descartes fue uno
más de los que defendió el monismo, basándose en que el cuerpo mortal (sustancia
extensa) está sometido a las leyes físicas y estas están relacionadas con el
alma inmortal (sustancia pensante) cuyo atributo es el pensamiento, es
inmaterial y posibilita la libertad humana.
Por otro lado, hay personas que consideran al ser humano
como una unidad (monismo). En este tipo de pensamiento también influenciaron
grandes filósofos, como Demócrito y Marx. Demócrito se basó en atomismo,
diciendo por consecuente que el hombre es un compuesto de átomos materiales.
Sin embargo, Marx defendió que no hay nada más allá de lo físico ya que los
procesos y los fenómenos psíquicos son producto de las funciones del cerebro en
su relación con el entorno material. Además, podemos basarnos en el conductismo
ya que según este podemos conseguir la respuesta que queramos ante un estímulo
determinado, por lo que no hace falta recurrir a causas mentales. Creyéndonos
la teoría de la identidad del fisicalismo, comprobamos que los estados mentales
son estados neurofisiológicos del cerebro, el desarrollo de la corteza cerebral
en el hombre posibilita la racionalidad, emotividad y la auto-conciencia
teniendo todos los cerebros humanos idénticas cualidades, entre ellas la
plasticidad.
Bajo mi humilde opinión me creo más al monismo, ya que no
considero que haya algo más allá de lo puramente físico, es decir, no creo que
habrá otro mundo después de la muerte.